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Lecciones desde Australia para sobrevivir a la sequia

Por más de una década, hasta el año 2009, Australia sufrió una sequía record en la mayor parte del país. En Melbourne, ciudad en la que viven casi 4.5 millones de personas, las reservas de agua bajaron a un cuarto del nivel previo a la sequía. El gobierno y los habitantes de la ciudad decidieron tomar acción y lograron reducir la demanda de agua per cápita en casi un 50 por ciento.

Algunas de estas medidas pueden servir de ejemplo a muchas ciudades que hoy enfrentan graves problemas de sequía. Un reciente artículo detalla las innovadoras medidas tomadas por la ciudad de Melbourne.

Las acciones tomadas y que lograron cambiar la forma de vida de los habitantes hacia una cultura que usa menos agua incluyen:

  • En la década de los 80s, antes de que comenzara la sequía, la ciudad aprobó un conjunto de leyes que sirvió de base para una respuesta gubernamental integrada en caso de escasez hídrica. El gobierno federal entregó recursos al estado de Victoria, quien a su vez distribuyó los recursos en la ciudad de Melbourne. Un manager regional del agua tenía el poder de forzar a las empresas generadoras de agua potable, agencias de la ciudad y administradores de reservas a cooperar.
  • El gobierno invirtió millones de dólares en infraestructura, que incluyó tuberías para llevar agua sobre las montañas y plantas de tratamiento. Además invirtió más de $6 billones en la construcción de una planta desalinizadora, que aún no ha sido usada.
  • Programas de devolución de dinero invertido por los residentes en la implementación de sistemas de aguas grises, utilizadas para el riego de jardines.
  • La inversión en el incremento del uso de agua reciclada para uso urbano y en agricultura.
  • Inversión en tanques de recolección de aguas lluvias de uso doméstico. Al final de la sequía, 1/3 de los habitantes de la ciudad tenia uno en sus hogares.
  • Restricción de uso de agua
  • Implementación de programas de educación.
  • De acuerdo al estudio, una medida que resultó ser sorprendentemente exitosa y simple a la vez, es el uso de carteles electrónicos que señalaban la cantidad de agua en las reservas. Una medida con la que todos pueden sentir de cerca la real situación.

Para el año 2010, los habitantes de Melbourne habían disminuido su uso de agua a 150 litros por persona por día, la mitad de lo que se usaban en 1997, antes de que comenzara la sequía.

Si bien la planta de desalinización no está en uso, debido a las condiciones más favorables de precipitaciones, su construcción sirvió como un buffer para implementar políticas más amigables con el medio ambiente, como la captura y el uso de aguas lluvias y recicladas.

Por otro lado, el gobierno australiano controla una porción importante de los derechos de agua, la cual puede ser usada con fines ambientales y ecológicos, pero que además sirve como medida para paliar los efectos de la sequía.

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